miércoles, 14 de mayo de 2014

ENTRE DELFINES DE CLYMENE (Stenella clymene) Y JAQUETONES OCEÁNICOS (Carcharhinus longimanus) EN SIERRA LEONA






Durante la primera semana de mayo he tenido la oportunidad de navegar durante varios días las aguas que bañan las costas de Sierra Leona en el África Occidental. Siempre es prácticamente lo mismo... después de días baldíos en fauna marina a cientos de millas de tierra firme, a medio camino entre América y África y en pleno Atlántico... en cuánto nos acercamos a la plataforma continental, a los verticales cantiles marinos africanos, la vida surge de nuevo como un maná. Aguas ricas en nutrientes... la vida florece a cada milla.

Y así ha vuelto a ocurrir una vez más. Esta vez hemos navegado a cuarenta millas de distancia de tierra firme... o lo que es lo mismo... 72 km de tierra. Aquí la vida surge a cada paso. A cada milla recorrida. Vida marina salvaje y en estado puro. Salitre en vena con cada avistamiento y momento vivido... tanto con los peces, como con las aves o como con los mamíferos marinos.

En estas aguas debemos de estar preparados para ver casi cualquier cosa, cuanto más horas en cubierta más oportunidades se nos presentan... sobre todo con tiburones. Aguas ricas en ellos. Donde nadan libres y en una búsqueda incansable de alimento, pricipalmente peces, así que no es de extrañar que sigan a los grandes bancos de atunes con los que comparten “mesa y mantel”. Así que mientras el atunero en el que navego está buscando incansablemente a estos grandes migradores marinos... las oportunidades para observar fauna marina aumenta exponencialmente.

Atunes de Aleta Amarilla (Thunnus albacares)



Las aves marinas son nuestros primeros indicadores que hay que peces en las inmediaciones. Los “bitxetakos” o “sergueras” producidas por los túnidos cuando se avalanzan sobre un cardumen de peces pequeños provocan un pequeño frenesí de otros oportunistas que se suman al “pastel... tanto de grandes velocistas marinos como el Pez Vela del Atlántico (Istiophorus albicans)

del que huyen con planeos de más de un centenar de metros los peces voladores...

… o como las aves... en este caso los Charranes árticos que a cientos han realizado un alto en su migración hacia el norte para darse un aperitivo...




Y dónde hay esternas no pueden faltar los inigualables comensales oportunistas, los número uno en el arte del pirateo en estas aguas... los Págalos. En este caso el más abundante de ellos es el Págalo rabero. Y no es baladí... casi el 90% de avistamientos, de varios cientos, en lo que llevamos de marea... son de esta especie. Como este precioso adulto con sus rectrices internas todavía no desarrolladas totalmente.



El “aceite” que producen estas grandes concentraciones de pescado atraen a los “pequeños” de la mar. Los Paíños. Los Leach, prácticamente han retornado ya a sus cuarteles de cría en las costas norteamericanas... pero han dejado paso a los Paíños de Wilson. Que por miles vemos ahora por estos lares después de haber abandonado aguas antárticas.

Paíños de Wilson





El 7 de mayo... unos característicos “chirridos” me hacen mirar al cielo. Decenas y decenas de Vencejos comunes (Apus apus) revolotean nerviosos sobre el barco. Tan pronto se va un grupo, como llega otro a reemplazar su plaza. Estoy durante cerca de dos horas observando a los vencejos... mis primeros del año y en la posición 06 40N 012 23W. Consigo realizarles algunas fotografías para inmortalizar el momento... y cuando llego a tierra me quedo atónito al ver el mapa de migración de los vencejos... gracias a los pequeños PTTs que portan y nos “chivan” sus rutas migratorias. Así en su viaje de vuelta y tras penetrar en el Golfo de Guinea vuelven a tierra por las costas de Liberia y Sierra Leona... donde los he visto yo ahora.




Pero no sólo vencejos sorprendemos en el barco. A finales de Abril un Papamoscas gris llegó exhausto al barco. Le pillé justo en el momento en el que se posó en nuestra proa. Tras coger aire y descansar un poquito se entretuvo alimentándose de los pequeños insectos, que atraidos por las luces nocturnas del barco, descansaban en cubierta.



Sin embargo, tengo que reconocer que los tiburones son los que me producen una especial atracción. Elegantes al nadar, poderosos, grandes predadores marinos se hacen por desgracia cada vez más raros de observar... por culpa de una sopa maldita... que no sabe a “ná”. Sólo para contentar a la creciente clase media china y así llevar al borde de la extinción a los escualos.

El tiburón más fácil de ver por estas aguas sigue siendo el Jaquetón sedoso (Carcharhinus falciformis).


Pero es el Jaquetón Oceánico o de Puntas Blancas (Carcharhinus longimanus) el que produce mayor respeto. Muy osado y atrevido, muerde antes de preguntarse si es comestible. Nada muy tranquilo en superficie. Antaño los pescadores los utilizaban para capturar atunes ya que estos nadaban siempre siguiéndole. Sin perderle de vista. Aunque ahí están otros peces para echarle un pulso. En todas las ocasiones que he observado a esta especie de tiburón, ya sea de noche junto a las luces del barco, o de día... lleva su séquito de Peces pilotos. Azulitos y rallados que nadan muchas veces a pocos centímetros de su morro y delante de él... como en un claro desafío.



Sin embargo, otra vez más son los delfines los que no dejan impasible a nadie. El patrón tuvo el detallazo de levantar los sónares para que decenas de ellos cargasen desde el horizonte a nuestro barco... y permitir que así media docena de ellos nos acompañasen durante poco más de una hora. Se tratan de Delfines de Clymene (Stenella clymene). Una mezcla de nuestros delfines comunes y listados. Con la misma energía que ellos y las mismas ganas de interaccionar con nosotros.

Una oportunidad así no hay que desaprovechar... tumbado sobre la proa... disfruto como un enano mientras saco hasta casi la extenuación decenas de instantáneas... y les miro como nadan a 11 nudos en la proa sin apenas esfuerzo, mientras dan grandes saltos que me permite oirles perfectamente sus chillidos y chasquidos. Un lujo para los sentidos










Espero que os haya gustado

Un saludete

Gorka Ocio

12 comentarios:

Unknown dijo...

Supongos que tendras momentos de una paz tan grande que puede llegar a agobiar pero que luego es compensada con esa adrenalina que se tiene que sentir al ver tanto bicho y de tantas especies, muy bueno el relato.

Xurde.A dijo...

Fantástica entrada...una gozada leerlo.
Salud!!

Delfingofe dijo...

Fantasticas fotos y muy interesante relato.

ekaina dijo...

Ya me apuntaría yo a algun viaje de esos, eso si, a lo turista, desde luego tus fotografias me han encantado, y hay algunos peces que no los había visto en la vida, en resumen, me ha parecido genial esta entrada. Te animo a seguir, un saludo!

Gorka Ocio dijo...

Si Iñaki, sí... hay muchos días que navegas por una mar completamente desierta... pero siempre hay algo que rompe la monotonía... y la cámara por supuesto siempre a mano esperando ese instante. Que te voy a contar que ya no sepas.

Gracias también a Aitor, Delfín y Xurde por vuestros comentarios y ánimos.

Un fuerte abrazo a todos desde Costa Marfil

Gorka Ocio

Andy Paterson dijo...

Totalmente de acuerdo con los comentarios anteriores -¡una entrada fantástica! Una pregunta: ¿tienes alguna idea/teoría por qué los vencejos entran tan lejos de tierra en el Golfo de Guinea? ¿Por los vientos reinantes?
Un abrazo,

Gorka Ocio dijo...

Aupa Andy

La verdad es que más al norte... a la altura de Guinea Konakry y Bissau los vientos predominantes son de N-NW... y en Senegal Y sur de Cabo Verde del N-NE Así que es posible que sea una de las causas por las que prefieren hacer el resto del trayecto por tierra firme y no acabar en las "cochinchambas".

Pero si es muy curioso ver como atajan por todo el Golfo de Guinea y a muchas millas de tierra firme a la subida. Ahorro energético?

Gorka

Toño Maño dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Toño Maño dijo...

Un post delicioso. Lo he disfrutado de verdad. Las fotos, para largar baba durante muchos días.
Un saludo.

Cosme Damian Romai Cousido dijo...

Guapísimo post Gorka!!!

Un abrazo,
Damián

PICARUELO dijo...

Es una delicia para los sentidos leerte, revivo con cada entrada los maravillosos ferrys a Portsmouth.

Gracias,

Fernando Sánchez-Biezma

Rocio dijo...

Me interesa la posibilidad de ir a distintos lugares y poder relacionarnos con la fauna del lugar. Por eso si logro obtener vuelos baratos para otros lugares me gusta ir a nuevos sitios y conocer otros lugares