viernes, 4 de mayo de 2012

PARDELAS DE CABO VERDE (Calonectris edwardsii) COMO IDENTIFICARLAS EN LA MAR.









En las aguas que conforman el Golfo de Guinea, desde su ecuador hasta Senegal, en los últimos tres años sólo he llegado a observar cinco especies de pardelas, siendo las más abundantes y con diferencia las Pardelas cenicientas (Calonectris diomedea, tanto las borealis como diomedea. Si bien es verdad que dependiendo la época del año y de forma muy puntual las más abundantes suelen ser las pardelas capirotadas (Puffinus gravis) y las pardelas sombrías (Puffinus griseus). Sobre todo cuando van al norte o vuelven a sus cuarteles de cría.

Este año de marzo a abril he tenido la oportunidad de encontrarme en varias ocasiones con las pardelas de Cabo Verde (Calonectris edwardsii). En total han sido nueve encuentros. Desde el ecuador Atlántico y cerca de las islas brasileñas de St Peter y St Paul (01 06 N 024 59 W), hasta las aguas territoriales de Guinea Conakry (08 34 N 015 13 W) o de Sierra Leona (05 28 N 013 17 W). Y en todas ellas estaban interaccionando con las pardelas cenicientas.



La Pardela Cenicienta (Calonectris diomedea) es uno de los procelariformes de mayor tamaño. La cabeza y la espalda son de color pardo grisáceo. Los ojos tienen un anillo blanco que, sólo puede ser observado de cerca. Los carrillos y lados de la cabeza son blancos manchados de gris como los flancos. El vientre, garganta y parte inferior de las alas son de color blanco puro. La cola es marrón oscuro como las alas. El pico es grande y amarillo con los tubos nasales muy desarrollados. Aunque a distancia su diseño puede ser confundido con el de otras pardelas, sin embargo, el mayor tamaño es una distinción segura. También es visible el borde posterior de las alas, muy oscuro, casi negro.







Por contra la Pardela de Cabo Verde (Calonectris edwardsii) es más pequeña que la pardela cenicienta pero de coloración y apariencia similar. Sin embargo la coloración de la parte superior se muestra más oscura y colores más fríos. La cabeza de estructura más fina que la cenicienta muestra un tono más oscuro, a modo de capirote, aunque no tan marcado como las capirotadas (Puffinus gravis). Pero el contraste que le hace con las mejillas blancas cuando esta descansando en el agua, y a un primer golpe de vista, nos recuerda a esta pardela. Muestra un anillo ocular más visible que las cenicientas. Además el pico es más fino y de color grisaceo y al igual que ocurre con las cenicientas y en malas condiciones de luz es importante a la hora de identificarla... sobre todo si la vemos volando sola.







Las patas son de coloración rosada
                                      
Viéndolas juntas las diferencias estructurales y de tamaño son patentes. Sobre todo si tenemos la oportunidad de verlas posadas.






En aguas de Senegal (14 10 N 017 27 W) se nos echó encima el Harmattan, la “niebla” del desierto. Arena en suspensión que nos oscureció el cielo cubriéndonos con un filtro sepia a las tres de la tarde. En pocas horas el barco mostraba una fina capa de arena por toda la cubierta y había que tener cuidado con el material fotográfico. El color que mostraba la mar era alucinante.
                                  

                                                  

Gracias a la presencia de arrastreros las aves son más confiadas y se acercan más a los barcos para ver si pueden comer algún descarte. De esta forma este año me han vuelto a hacer lo mismo que el anterior. La única diferencia ha sido el número de ellas. Ya no eran unas decenas sino un par de cientos y donde la cenicientas eran las escasas. Las Pardelas de Cabo Verde volaban apelotonadas y en pequeños grupos de forma eléctrica y con cambios bruscos de dirección. Pero nada de forma anarquica, llamaba la atención la sincronización que mostraban. Así que gracias al Harmattan las fotografías tienen un característico color sepia.







En las instantáneas la Pardela cenicienta destaca sobre las demás y se la ve perfectamente, aunque curiosamente, y en directo costaba mucho no sólo encontrarla sino diferenciarla.


Y a la inversa pasaba lo mismo. Con mucha cenicienta también costaba dar con ellas.


Espero que os sirva de ayuda tanto desde los mejores cabos, como desde las numerosas salidas que se realizan para avistar aves marinas pelágicas.

Un saludete

Gorka Ocio