sábado, 21 de marzo de 2015

LOS GRANDES PREDADORES DE LA MAR EN ANGOLA... TIBURONES, MARLINES, CIMARRONES.






En febrero de 2015 he tenido la oportunidad de navegar por aguas angoleñas. Desde las que hacen frontera con el Congo... de aguas negras, cálidas y tranquilas, hasta las más bravas, nerviosas y frías de las fronterizas con Namibia. Y en toda su inmensidad la riqueza en vida marina es patente. Siempre es un privilegio estar en esta parte del océano africano... donde la vida fluye a cada milla de mar recorrida. Y donde no perdía un instante en estar en cubierta prismáticos y cámara en mano para intentar inmortalizar su vida salvaje

Y por supuesto otro año más no ha defraudado.

Cuando la gente se imagina los predadores del mar le vienen a la mente los cetáceos y los grandes tiburones. Y no es baladí... he tenido la oportunidad de ver unas cuantas especies de grandes escualos... como las impresionantes mandíbulas afiladas y cortantes como cuchillas del Marrajo dientuso (Isurus oxyrinchus), y su no menos característica aleta dorsal

La gracilidad y belleza de las grandes Tintoreras o Tiburones azules (Prionace glauca)


La inconfundible aleta dorsal y no menos diagnóstica cabeza del Tiburón martillo (Sphyrna lewini)




Las imponentes y redondeadas aletas del Jaquetón oceánico (Carcharhinus longimanus)

o de los todavía abundantes Jaquetones sedosos (Carcharhinus falciformis)... sobre todo cuando cazaban pequeños pececillos en “apretujados” bálamos que no dudaban en abalanzarse como auténticos misiles.


Cuando nadaban tranquilos sus potenciales presas lo sabían y se dejaban ver cerca de ellos.


Pero los grandes atunes también son conscientes de su peligro. Su arma de defensa nadar justo por detrás de él.... en la estela de su aleta caudal. Mejor no perderlo de vista, el tiburón es consciente que no puede sorprenderlos y nada también tranquilo.


En estas aguas todavía no habían llegado todavía la totalidad de las grandes ballenas en su migración anual... aún así algunas se dejaban ver y éramos testigos como se alimentaban incesantemente del krill que navegaba cerca de la superficie... como este Rorcual tropical (Balaenoptera edeni)

También tuvimos la suerte de sorprender algunos grupos familiares de Delfines Manchados Tropicales (Stenella attenuata)




Uno de los habitantes más abundantes de estas aguas son los gráciles peces voladores. En una profunda contención de su respiración son capaces de volar cientos de metros sobre el agua para desplazarse y sobre todo para huir de sus enemigos.




Pero sus predadores naturales también han sabido evolucionar y perseguirles allá donde estén ellos... como por ejemplo uno de los grandes velocistas de la mar. Los atunes. En este caso los Cimarrones o Atunes de Aleta Amarilla (Thunnus albacares). Aquí tenéis una excepcional instantánea de un atún capturando en pleno vuelo a uno de estos peces mientras parece ser consciente de que también le he cazado a él con mi cámara fotográfica.

Y es que los atunes están hechos para navegar grandes distancias. Por algo son los grandes migradores marinos... y es que forma hidrodinámica de sus cuerpos demuestran como son aptos para recorrer miles de millas marinas para alimentarse y reproducirse.



Otro de los grandes predadores marinos es un pez alucinante por su colorido metalizado. Las Doradas o Llampugas (Coryphaena hippurus). Es más dependiendo de su grado de excitación puede tener un color u otro... y va desde el verde metalizado intenso...

hasta el azul celeste como cuando salta veloz detrás de los voladores.



He incluso pueden mostrar anchas bandas oscuras cuando parecen retarse entre varios ejemplares.

Y es que no importaba la especie de pez que se pusiera a tiro... simepre y cuando el pez grande se pueda comer al pez chico... como estos carángidos


Las Doradas se nos mostraron como grandes oportunistas. Por ejemplo en varias ocasiones y en presencia de Tortugas marinas, sobre todo de la especie olivacea (Lepidochelys olivacea)... las doradas aprovechaban la dureza y aristas de su caparazón para rascarse





Pero incluso las Doradas que llegan a medir hasta los dos metros de longitud a veces son ellas las que se convierten en el “pez chico” y por lo tanto en el alimento preferido de los peces más grandes y veloces del océano... los Marlines azules (Makaira nigricans). Como este mastodonte de casi tres metros de longitud que ha bapuleado con su espada a esta pobre dorada y lanzado casi una decena de metros por el aire.


El Marlín nada más caer de nuevo al agua se gira con una agilidad increíble y antes de que la incauta dorada se de cuenta le ha amputado su cola dejándola totalmente a merced del gran predador.

En la mar también podemos sorprender a los peces con las más bellas aletas dorsales, que despliegan en abanico en plena excitación... y que también suelen dar grandes saltos fuera del agua en aparente desparasitación... como ocurre con los Pces Vela del Atlántico (Istiophorus albicans)



Gigantes Peces luna (Mola mola) de casi media tonelada de peso

o los siempre atentos Dormilones (Lobotes surinamensis) en busca siempre del pez más incauto.


En aves marinas sin embargo fue más escaso. Eso sí, pude sentir de nuevo ese subidón de adrenalina cuando consigues ver una especie nueva en la mar. Aunque temgo que reconocer que esta especie en concreto ya la vi en mi expedición a la Antártida. Sin embargo, es la primera vez que consigo verla y disfrutarla en esta parte del Atlántico... la Pardela gorgiblanca (Procellaria aequinoctialis).

Una pardela grande y robusta que llamaba mucho la atención. Tanto que hasta mis compañeros del atunero que pasan literalmente de mirar algo que no sea un atún... hasta ellos se dieron cuenta. Y es que el volar no me recordaba tanto a una pardela y si a un pequeño albatros. Volando generalmente a mucha altura sobre el agua, al contrario que hacen nuestras pardelas grandes.









Y es que la pardela cenicienta aquí la veíamos a cuenta gotas y con un plumaje muy hecho polvo

También eran relativamente abundantes los Págalos raberos... todos siempre en plena muda


Paíño de Leach

Los Charranes sombríos no eran tan abundantes como en el Golfo de Guinea




o Este solitario y de refilón Rabijunco etéreo

Espero que os haya gustado esta entrada.

Un saludete

Gorka Ocio