lunes, 15 de agosto de 2011

DESDE RORCUALES BOREALES HASTA PARDELAS CAPIROTADAS


Este año hemos comenzado una nueva aventura marina en el Cantábrico Oriental. Gracias al Área de Turismo del Ayuntamiento de Santurtzi (Bizkaia) nos hemos podido embarcar en el Yate “Inaxio Potxolo” para surcar las aguas y avistar ballenas, zifios, delfines y un sin fín de aves marinas en una singladura de 10 a 12 horas de duración.
Este año Julio ha estado condicionado por el mal tiempo, que no mala mar, lo que nos ha impedido ver todo lo que anhelábamos. Sin embargo en lo que llevamos de agosto las tornas han cambiado y la mar nos está mostrando del por qué de la riqueza de estas aguas.
Para poder avistar ballenas de las especies Rorcual, tenemos que salir a más de 25 millas (45 km de la costa) aunque en una ocasión tuvimos que hacerlo hasta las 36 millas (65 km). Algo así como ir de Santurtzi a Vitoria, pero en sentido contrario. Adentrándonos en la mar. El objetivo es llegar al borde de la plataforma continental, donde comienzan los grandes desniveles submarinos y navegar por encima de las zonas abisales, donde la profundidad baja hasta los más de mil metros. Recorremos cañones, profundos valles subacuáticos, el hábitat de los grandes cetáceos. Y recorremos muchas millas... cerca de 100 (180 km).
Es en estas aguas, el borde de la plataforma, donde se producen los mejores afloramientos de fitoplácton y krill... la base de la cadena alimenticia... y es donde empezamos a ver buenos números de Pardelas capirotadas (Puffinus gravis). Estas y otras especies de pardelas patrullan incansables las aguas en busca de comida. Muchas veces son ellas las que nos muestran la presencia de los túnidos e incluso de los cetáceos. Los arrantzales (pescadores) llaman a estas grandes pardelas “Atuntxoris” (pájaros del atún) y las buscan con ansia en la mar.
Así que gracias a ellas estamos disfrutando con los imponentes saltos de uno de los gigantes del mar. Los amenazados atunes rojos (Thunnus thynnus). Ejemplares de más de 200 kg de peso comiendo pequeños bancos de anchoa en la superficie del agua. Ver a estos “tochos” saltando fuera pone los pelos de punta a más de uno.
Cuando tanto éstos, como los preciados atunes blancos (Thunnus alalunga), también conocidos como Bonitos del Norte, dejan de comer y se calan a las profundidades, las pardelas se posan en la mar y forman importantes balsas de hasta cinco especies. Así a las ya mencionadas capirotadas se les unen las cenicientas (Calonectris diomedea borealis), las Baleares (Puffinus mauretanicus), las sombrías (Pufinus griseus) y las pichonetas (Puffinus puffinus).
Pardela cenicienta
Pardela Balear
Pardela sombría

Pardelas pichonetas

De momento no hemos usado el tan manido “chum” para atraerlas. No ha hecho falta. Cuando las vemos echadas y tranquilas colocamos el barco a su socaire y dejamos que el aire nos vaya acercando poco a poco a ellas. Esta maniobra nos permiten un acercamiento de hasta dos metros de distancia. Las pardelas posadas y tranquilas aprovechan para atusarse su plumaje, mientras algunas meten la cabeza bajo el agua para investigar que pasa bajo ellas. De esta forma podemos ver sus diferencias estructurales y de tamaño... sin molestar.
Pardelas capirotadas con sombría
Pardela sombría con Balear
Pardelas pichonetas con capirotada y Balear

Una Pardela cenicienta sobrevuela al trío

Pardela capirotada con pichoneta, Balear y sombría. Hay claras diferencias de tamaño entre ellas
Diez aventureros por salida estamos disfrutando de estos momentos inolvidables. Diez personas cargadas de ilusión y ganas de aprender. Como rezaba ese interesantísimo proyecto vilipendiado por la alcaldesa de Cariño. Un aula de mar. No hay nada como ver la expresión en la cara de la gente cuando se divisa el primer resoplido de una ballena frente al barco. Cuando majestuoso aparece ante nosotros el imponente lomo de un Rorcual Boreal (Balaenoptera borealis) el tecer ser más grande de la tierra. 18 metros de ballena demostrándonos del por qué no teme a casi nadie.
Sí, con la entrada de los bonitos han entrado tanto los barcos que los capturan como las ballenas. Y en algunas ocasiones son estas y otras embarcaciones los que nos avisan y dan las posiciones de los grandes cetáceos. Ganando un tiempo precioso en la mar.
Itoiz (Ondarroa) pescando a la cacea
Kalamua (Lekeitio)
El Berriz Matutina (Hondarribia) pescando bonitos a "pulso". Esto es a caña y de uno en uno.
Así que ya estamos disfrutando de unos muy buenos momentos balleneros. Lo curioso es que todavía no hemos visto a la más abundante de todas... al Rorcual común (Balaenoptera physalus), sino a los boreales, precisamente una de las ballenas que no pensaba que podíamos ver tan pronto.

En uno de estos encuentros balleneros tuvimos hasta tres contactos con lo que pensamos que era la misma ballena. Esta tras salir varias veces a respirar se sumergía de nuevo para aparecer ante nosotros al de diez minutos. Sin embargo ya en casa pude comprobar para mi sorpresa que se trataban de dos ejemplares distintos. La aleta dorsal así lo atestiguaba. Esa aleta grande, era en una un poco más roma. Cuando sale a respirar el agua que corre por su cuerpo la hace parecer lisa, pero cuando lo arquea para sumergirse se le aprecia innumerables cicatrices circulares. Antiguas heridas probablemente producidas por un pequeño tiburón que, tras mordelas, les arranca un pequeño cacho de grasa.

En todas las salidas con los que si nos hemos emocionado han sido con los juguetones delfines, principalmente de la especie común (Delphinus delphis). Están repartidos prácticamente por todo el borde de la platafoma. Aunque también los hemos llegado a ver a pocas millas frente al Abra de Bilbao. Sus imponentes saltos y juegos en la proa de la embarcación a escasos centímetros de nosotros nos llenan de momentos mágicos. Sobre todo cuando les oímos como se comunican entre ellos, con esos agudos chillidos y chasquidos, trasladándonos a otra dimensión.

A finales de julio estuvimos con una manada que tenía varias crías de horas de vida. La madre nadaba pegada a su pequeño y no le quitaba la vista de encima en ningún momento. La cría parecía que todavía no había ni abierto los ojos. Los pliegues bien marcados de su cuerpo también nos indicaban que hacía nada , probablemente horas, que había estado dentro del vientre de su madre.

Los Zifios de Cuvier (Ziphius cavirostris), se nos están haciendo remolones. Aunque este último sábado pudimos ver a uno dar dos imprevisibles e imponentes saltos verticales. Una lástima de foto. Pero ahí queda grabada en nuestra retina.
Los Delfines mulares (Tursiops truncatus) también están haciendo las delicias de la gente. Hemos encontrado dos manadas distintas, gracias a que en una de ellas hay un ejemplar con unas características marcas blancas en los bordes de la aleta dorsal y caudal así como en la furca de la cola.

Esto nos ha permitido, no sólo individualizarlo, sino también bautizarlo. “Potxolo” se nos ha aparecido ya en varias ocasiones. Potxolo y su clan familiar. Aunque también son muy dados a jugar en la proa de la embarcación, estos gigantones delfines están más pendientes de comer que de nosotros.

Así que podemos ver la velocidad endiablada que cogen cuando persiguen a sus presas, mientras otros golpean con sus colas la superficie del agua para crear toda la confusión posible.
Y no podían faltar unos de mis cetáceos favoritos: Los Calderones comunes (Globicephala melas). Tres manadas distintas de “cabezones” se encuentran alimentándose por estas aguas. Uno de ellos está compuesto por pequeñas crías de corta edad que tuvieron la deferencia de acercarse a nosotros y mostrarnos a sus pequeños retoños. Estos al igual que los pequeños delfines común todavía mostraban los pliegues en el cuerpo de cuando estaban en el vientre de su madre. Creo que ha sido uno de mis momentos más entrañables en la observación de cetáceos.
Es una gozada ver lo sociables que son estos mamíferos marinos. Me hierve la sangre cuando pienso en esas espeluznantes imágenes de los “salvajes” de las Islas Feroe (Dinamarca) degollando sin piedad a miles de ejemplares (madres y crías) en una fiesta tan inhumana como irracional. Y encima se creen un pais desarrollado.

Son muchos los momentos inolvidables que nos están mostrando estas salidas a verballenas. Por ejemplo cuando se nos acercó otro clan familiar al barco. El patrón paró los motores y los calderones tranquilamente nos fueron rodeando poco a poco. Sumergidos bajo nuestra embarcación veíamos salir pequeños borbotones de aire. Parecían estar haciendo pompas bajo el agua. De pronto, y para nuestra sorpresa, comenzaron a emerger a un metro de distancia de uno en uno, y cuerpo con cuerpo, más de una docena de ejemplares. Algunos sacaban la cabeza fuera del agua para vernos mejor. Para saludarnos. No puedo evitar que se me ponga la piel de gallina mientras os escribo estas líneas. Al de cinco minutos y con la misma tranquilidad con la que se nos acercaron... se fueron.

... y no podían fallar los inquietos y pequeños paíños. Aunque de momento todos los que estamos observando son comunes (Hydrobates pelagicus) y probablemente se traten de ejemplares que crían en las colonias cercanas de Aketxe u Ogoño.

Llevamos una semana viendo un buen pase de aves terrestres: Vencejos comunes, petirrojos, mosquiteros musicales, zarceros, zorzales comunes, correlimos, zarapitos trinadores, abubillas, golondrinas comunes, Halcón peregrino, cernícalos vulgares... aderezados por los Peces lunas (Mola mola) tanto por sus saltos como por la constumbre que tienen de nadar en paralelo hasta ocho ejemplares juntos.

Y todavía nos queda casi todo agosto y septiembre para seguir disfrutando de la mar... y muchas especies de aves marinas y cetáceos que todavía no nos han aparecido... pero que tenemos ahí mismo... frente a nuestras casas... !! y las veremos!!!.
Sólo me resta dercir a todos los que han venido hasta ahora... Begoña Lozano, Cristina Barragan, Alba Rosa Bernal, Enrique López, Alejandro Benitez, Carolina Aparicio, Angel Rueda, Angel Muñoz, Carlos Muñoz, Francisco Arbizu, Montse Gorria, Jose Ramón Chamorro, Magdalena Rentería, Oscar Carazo, Carmen Vadillo, Elba Montes, Javier Ardanaz, Siro Soria, Ramiro Llorente, Idoia Achaerandio, Fernando Sanchez-Viezma, Marta De Palma, Teresa Andrés, Fernando Cámara, Nestor Zabala, Aitana Uría, Vicente Sola, Juan Olazabal, Trinidad Olazabal, Silke Haarich, Roberto Negro, Aranzazu Ortuondo, Juan Ignacio García, Pilar de Lorenzo, Haritz Perez, Felisa Zuluaga, Julene Zenikazelaia, Maite Elorriaga, Jose Jorge Miralles, Enzo Longobucco, Estibaliz Etxegarai, Itsaso Etxegarai, Cristina De Fez, Gisela Gala, Isabel Gonzalez, Rosa Diez, Jesús Rodriguez, Maria José Posadas, Roberto Gonzalez, Maribel Palacios, Juan Carlos Iriarte, Nekane Lorenzo, Raul Calle, Joseba Ibarguren, Mariano Ibarguren, Maria Isabel Santa María, Maria José Barreiro, Alberto Herrera, Carlos Gonzalez, Iker Gonzalez, Lucía Pérez, Carmen Pérez, Teresa San Martín, Jorge Lorenzo, Pedro Arana, Leire Herboso, Manu Océn, Nerea De La Iglesia, Mikel Monje, Raúl Hernandez, Benjamin Cano, Begoña Ibañez, Alain Santana, Maria Luisa Arza, Maria Yolanda Hidalgo, Jose Angel Goikoetxea... Señores... estooooy muuuuy orgulloso de todos ustedes.
Aquí estoy, sentado en la proa, y dando instrucciones en una de las salidas.
Un saludete
Gorka Ocio