lunes, 14 de febrero de 2011

LOS HURACANES SE COBRAN LA VIDA DE MILES DE AVES EN LA MAR

Mucha gente nos quedamos con la boca abierta cuando vimos las fotografías del superpetrolero Patriot con un millar de ardéidos en su cubierta. El barco inmerso en el huracán Roxanne en el Golfo de México, el 15 de octubre de 1995, con vientos de 115 nudos (210 km/h) fue utilizado como una “balsa salvadora” como un “Arca de Noe” para escapar de la muerte.
Las instantáneas realizadas por el marino Koldo Txurruka, tanto del antes como del después, son desgarradoras. Las primeras imágenes (la cubierta llena de garzas) son del preciso momento en el que el barco se encuentra en el “ojo del huracán”. Después de sufrir lo insufrible con fortísimos vientos y olas gigantescas hay veces que los barcos atraviesan el corazón del “monstruo” y en ese momento la mar cambia de forma radical y se presenta en calma y viento prácticamente nulo. No deja de ser un espejismo marino. Probablemente las aves ya estaban atrapadas en su interior volando desorientadas y antes de precipitarse al agua por cansancio aprovecharon al leviatan para posarse sobre su cubierta.
Sin embargo cuando el barco sale de él vuelve a la cruda realidad. Y con él las aves confiadas sobre sus "lomos". Los más de 200 kilómetros por hora que azotaron sin piedad al barco, y a las aves, mostraron el desastre cuando al fin consiguieron pasarlo: la cubierta estaba sembrada de muerte.
Todas las garzas que no arrancó el viento yacían muertas sobre la parte más resguardada de la cubierta. Se aprecian en las dos fotografías nuevas. Apelotonadas. Según Txurruka se encontraban “hechas unas bolas de cadáveres debajo de las líneas de carga, escalas... miles de aves muertas que tuvimos que arriar a la mar con nuestras propias manos. Una pena”.
Quizás a partir de ahora y empezando por un servidor, meditemos antes de alegrarnos cuando vemos las noticias de como tal o cual huracán azota en el Atlántico, y cómo eso va a suponer que ciertas aves neárticas arriben tarde o temprano en nuestras costas. Cuántas de por cada ave que llega mueren en la mar?.
ANTES
DESPUES

Agradecer a Koldo Txurruka que se pusiera en contacto conmigo y buscase las fotografías que en papel guardaba en su casa.

2 comentarios:

Salva dijo...

Epa Gorka, lamentable suceso, desde luego. Y un documento excepcional el del marinero. Eso me recuerda a un episodio parecido que ocurriío con 5 abejarucos en el Mediterráneo. Solo que en este caso, cuando llegó el alba, se los zamparon las gaviotas patiamarillas. Estas cosas demuestran que a pesar de ofrecer refugio en la mar, los barcos no son del todo infalibles frente al peligro.

Un abrazo amigo

Elizabeth Casillas dijo...

Hola Gorka, estoy escribiendo un artículo sobre el avistamiento de aves en las costas vizcaínas y me gustaría realizarte una entrevista para poder explicar mejor al público lo que se pueden encontrar si miran al cielo. Si deseas ponerte en contacto conmigo mi dirección de email es: asteriscorama @ gmail.com