Bueno aquí tenéis una entrada, que para mi es muy especial y que llevaba tiempo queriendo realizar. Son esos instantes vividos en la mar y que de alguna forma te dejan huella. Son esos momentos que te salvan un día de observación y que en muchas ocasiones duran unos pocos segundos, un instante fugaz que compensa con creces el sacrificio que supone estar muchos meses embarcado y lejos de casa. Es la mar en estado salvaje y puro... aderezados con imágenes de algunos de los barcos en los que he tenido la suerte de navegar y que con el marco que supone la mar forman pequeñas “Pinceladas marinas”.
El trabajo me lleva cada año al Golfo de Guinea a embarcarme en grandes atuneros congeladores. Barcos que tienen como objetivo la pesca de distintas especies de atún y que buscan recorriendo miles de millas marinas por un amplio recorrido geográfico que va desde Senegal a Angola... lo que implica pasar por Gambia, Guinea Bissau, Guinea Conakri, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benin, Nigeria, Camerún, Guinea Ecuatorial, Gabón, Congo, Sao Tomé y el sur de Cabo Verde.
En una entrada anterior ya os expliqué como se localizaban a los atunes así que no volveré a incidir en ello, pero si os mostraré a los protagonistas de esta historia.
Estas “pinceladas marinas” incluyen las adversas condiciones climatológicas, amaneceres y ocasos muchas veces de ensueño y que también nos muestran un increíble mosaico de formas y colores inimaginables. Tan pronto tenemos calma total como viene una tromba marina precediendo una galerna de viento y lluvia. Muchas veces esos momentos previos nos hacen captar imágenes únicas.
Las aves marinas que habitan esta zona del Atlántico ecuatorial pasan la mayor parte del año dispersas, buscando activamente alimento. De forma que no es nada raro pasar muchos días sin ver más que un par de paíños, pardelas o págalos. Sin embargo nuestra suerte cambia de forma radical cada mes y en los distintos periodos de luna. Parece un interuptor que cuando se activa, la mar se llena de vida.
Y si en esos momentos navegamos por encima de imponentes bajíos y kilométricas sierras submarinas, entonces somos testigos de excepción de la riqueza marina. Gracias a la luna nutrientes como el plácton afloran cerca de la superficie y con ella un sinfín de organismos, la cadena alimentícia, que se alimenta de ella. Y es en estas fases lunares cuando los atunes son localizados con mayor facilidad y también cuando se concentran millares de aves marinas y hasta cientos de cetáceos.
En ocasiones solemos cruzarnos con grandes petroleros. No es difícil adivinar de donde vienen cargados de crudo. Y más cuando vemos que tienen todas las regalas cubiertas por cortantes alambres de defensa. Provienen del Golfo Pérsico y tienen que navegar por aguas infestadas de piratas somalíes en el Índico.
Los considerados peces más rápidos del mundo, los Veleros o Peces Vela del Atlántico (Istiophorus albicans), gustan de saltar en las últimas horas del día para intentar desparasitarse. Tras dar un imponente salto vertical, caen violentemente de costado. En un par de ocasiones he tenido la suerte de estar con la cámara en la mano y pillarles así en pleno vuelo.
Cuando se navega por las aguas que bañan Camerún, Gabón, Congo u Angola lo que sorprenderemos con mayor facilidad son a los gigantes de la mar... al pez más grande de todos...al Tiburón ballena (Rhincodon typus). Los localizamos por lo general al verle asomar fuera del agua su alta aleta caudal. Cola que bate violéntamente de izquierda a derecha para darse impulso y avanzar. Con él suele ir un buen séquito de atunes. Estos grandes peces, conocidos por los pescadores como “pintos” por el moteado que cubre todo su cuerpo, llegan a medir los 17 metros de longitud y pesar más de treinta toneladas. Tiburones que son tan grandes como pacíficos y aunque carentes de dientes su piel es tan áspera que sólo rozar nuestro cuerpo en ella es quedar desnudo hasta el hueso.
Si tenemos la suerte de navegar por el cantil marino, es decir, a menos de 20 ó 40 millas de la costa... no es nada raro que por la noche, y con los potentes focos del barco, éste se nos llene de numerosos insectos... como por ejemplo las grandes mariposas nocturnas del género esfinges, libélulas, estilizadas langostas verdes e incluso chinches. Lo mejor es cuando llegan a arribar abordo aves terrestres tan exóticas como pueden ser las Gacillas verdosas (Buturides striata) e incluso Calamoncillos de Allen (Porphyrio alleni).
En estas aguas los atunes como los listados (Katsuwonus pelamis), suelen nadar muy cerca de la superfície y forman lo que llaman los pescadores “brisas”... que no es otra cosa que esas pequeñas ondulaciones que forma el agua muy parecidas al que producen las ráfagas de viento. Sin embargo cuando un gran banco de atunes se avalanza contra un cardumen de peces pequeños se forma lo que denominan como “bitxetakos” o “sergueras”. Son muy fáciles de reconocer y se ven desde distancias muy grandes. La mar espumea mucho y de cerca parece hervir a tenor del sonido que produce.
Sin embargo y curiosamente en estas aguas, estas imponentes sergueras no llevan aves. Sí lo hacen sin embargo buenos números de Rorcuales tropicales (Balaenoptera edeni). Estos cetáceos suelen mostrar en sus cuerpos unas características heridas, muy visibles y de forma circular que se las produce un pequeño escualo conocido como Tiburón cigarro (Isistius brasiliensis). Estos tiburones se alimentan de la grasa de los cetáceos. Los agujeros que les producen de unos cinco centímetros de diámetro son marcas que les duran de por vida.
Aquí también podemos observar buenos números de delfines de dientes rugosos u estenos (Steno bredanensis)...
...Calderones tropicales (Globicephala macrorhynchus)...
... e incluso Delfines de Clymene (Stenella clymene)...
Por contra, si estas “sergueras” de atunes las vemos en aguas como Guinea Conakri, Sierra Leona o Liberia suelen llevar con ellos a millares de aves y decenas de jaquetones sedosos (Carcharhinus falciformis), también conocidos por la flota atunera como “sardineros”.
Así y dependiendo de la fase lunar las pajaradas pueden ser de Fumareles comunes (Chlidonias niger)...
... pardelas cenicientas (Calonectris diomedea)...
... charranes árticos (Sterna paradisea)...
... o pardelas capirotadas (Puffinus gravis)...
Con tanto esterna alimentándose en esta aguas no pueden faltar los págalos pomarinos (Stercorarius pomarinus)...
raberos (Stercorarius longicaudus),
parásitos (Stercorarius parasiticus)...
e incluso polares (Catharacta maccormicki).
Es una buena zona para disfrutar con el “planeo” de las enormes mantas diablo (Mobula mobular),
o de las incursiones de los marlines azules (Makaira nigricans)
Los dorados (Coryphaena hippurus) nadando en pequeños grupos en busca de presas...
e incluso también de la única gaviota que veremos lejos de tierra. La pelágica Gaviota de Sabine (Larus sabini).
Las tortugas marinas más comunes son las oliváceas (Lepidochelis olivacea).
Cuanto más cerca estemos de la costa, mayor variedad veremos de esternas. Desde los charranes comunes (Sterna hirundo), a los charranes patinegros (Sterna sandwicensis) terminando por los gigantones charranes reales (Sterna maxima). A estos últimos sólo los sorprenderemos hasta las 30 millas de tierra.
En aguas abiertas son muy abundantes los charranes sombríos (Sterna fuscata). Estos forman imponentes pajaradas de hasta casi medio millar de ejemplares. Gustan seguir a los grandes atunes de Aleta Amarilla (Thunnus albacares). Cuando pierden a los cimarrones entonces cogen gran altura para poder localizar mejor al cardumen.
Pez erizo (Diodon hystrix) en mi mano
No es raro encontrar grandes cetáceos muertos en alta mar. Muchas veces las kilométricas manchas de aceite que desprenden los cuerpos en descomposición delatan su posición. Estas manchas suelen llevan cientos de pequeños paíños. Si estamos de enero a abril veremos paíños de Leach (Oceanodroma leucorhoa),
a partir de esta fecha y hasta junio el relevo lo cogen los paíños de Wilson (Oceanites oceanicus).
En dos ocasiones estos grandes cetáceos muertos llevaban un buen séquito de tiburones que los iban devorando poco a poco. Así en un cádaver de Ballena Franca Austral (Eubalaena australis) los escualos que se alimentaban de ella eran jaquetones oceánicos (Carcharhinus longimanus).
Y en otro de Cachalote (Physeter macrocephalus), los más abundantes eran los Tiburones martillos de la especie Cornuda común (Sphyrna lewini). Grandes ejemplares y muy gordos a tenor del festín, de hasta tres metros y medio que no dudaban en acercarse al barco. Algunos parecían adormilados y nadaban de costado junto a nosotros.
Cerca de Sao Tomé abundan las tiñosas (Anous sp) y se pueden ver algunos grupos de dos a cuatro ejemplares de Piqueros pardos (Sula leucogaster).
En este barco estoy ahora
Los Rabijuncos menores (Phaethon lepturus) parecen ser muy cosmopolitas en estas aguas y los podemos encontrar en cualquiera de las zonas que navegamos, incluso cerca de tierra. Estos hermosos “pájaros tropicales” tienen la costumbre de volar muy altos, a más de 30 metros del altura, desde donde dan un torpe picado para capturar los peces de los que se alimenta..
Adulto
Subadulto
Las pardelas de Cabo Verde (Calonectris edwardsii) sin embargo, no son tan abundantes como parece. Siempre las he visto interaccionando con las pardelas cenicientas (Calonectris diomedea). En concreto este año y en marzo las he encontrado en las aguas que bañan Guinea Bissau, Guinea Conakri y Sierra Leona. La mar totalmente carente de viento las aconsejaba formar pequeñas balsas junto a sus grandes y robustas primas para no gastar energía en el vuelo. Esto favoreció en un par de ocasiones que nos pasaran cerca del atunero y consiguiera muy buenas instantánes.
Los paíños de Leach también aprovechan estas calmas para formar sus pequeñas balsitas
Estas grandes calmas muy abundantes de marzo a mayo también nos permite disfrutar con la habilidad en el despegue y forma de vuelo de los peces voladores (Exocitidae sp). Salen del agua de forma explosiva batiendo la cola enérgicamente de izquierda a derecha. De forma que parecen querer dejar plasmada su peculiar rúbrica. Cuando han recorrido unos metros extienden sus cuatro aletas para planear en algunas ocasiones hasta doscientos metros de distancia. Vuelo que realizan aguantando la respiración.
Esta marea y en concreto el pasado 22 de marzo, navegando por aguas de Guinea Conakri encontramos cientos de vistosas Galeras portuguesas ( ). Estas medusas que forman una curiosa alianza de tres especies en las que una hace de vela, otra es el estómago y la tercera se dedica a la caza gracias a los mortales tentáculos. Finísimos “brazos” que llegan a medir más de 16 metros de longitud. Las Galeras portuguesas muestran vistosos colores, probablemente para avisar de su toxicidad, y navegan libres por el océano empujadas por el viento.
El único momento que nos acercamos a tierra es cuando nos dirigimos al puerto marfileño de Abidjan para descargar el pescado. Solemos llegar al amanecer. Momento que sale sobre tierra ese sol enorme que sólo es posible verlo en África. Mientras, los pescadores artesaneles recogen su aparejos para vender el pescado a primera hora de la mañana. De la misma forma enormes carángidos... peces de la familia de los jureles o txitxarros... se afanan en intentar capturar algunos peces aguja de la familia belonidae.
Gracias por haber llegado hasta aquí. Sólo espero que os haya gustado esta entrada...
Un saludete
Gorka Ocio
15 comentarios:
Hola Gorka mentiría si te digo que tengo envidia de la sana de eso nada es pura y dura envidia vaya viajecito y vaya fotografías,enhorabuena y gracias por hacer que todos viajemos un poquito.
un abrazo
Preciosas las fotos de paisaje marino...
Que si nos ha gustado...a mí y a mi hijo Pablín nos ha causado una enorme satisfacción ver que aún hay mares vivos.
Acojonante!! Mis más sinceras felicitaciones
Aupa Gorka!! Pedazo de entrada!! Me ha encantado! Un abrazo campeón!!
Increible Gorka, eres la leche, ver las fotos ha sido como estar en el mimso barco!
Se nota que estás en tu salsa, muy bien txabalote, muy bien!
Un abrazo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Hola Gorka, increible. Gracias por hacernos viajar contigo. Un abrazo
Fernando del Valle
Espectacular. Menudas fotos, tengo mucho que aprender de ti.
Se te echa mucho de menos.
Un besote
Gracias, ya tengo material para soñar una buena temporada. Saludetes
Me ha encantado Gorka, gracias por hacerme viajar tan lejos :) Un abrazo!
Increíble Gorka! A pesar de la dureza de tu trabajo, tienes tiempo para ofrecernos este espectáculo en forma de fotografías, que de otra forma nunca veríamos muchos de nosotros.
GRACIAS.
A.Plata
Las fotos son espectaculares y están repletas de pasión y amor por la Naturaleza salvaje. Y los textos son el ejemplo de que eres un tío generoso que quiere compartir todo eso que siente con los demás.
Cuídate mucho, mariñela!. Ya sabes que te esperamos en casa.
EDU
Impresionantes imágenes , envidia sana, te lo has currado mucho...
Sigue así por nosotros.
Gracias, Txus.
Sólamente puedo decir una cosa: Gracias.
Son auténticas lecciones de fauna, geografía, fotografía, meteorología...y sensibilidad.
Enhorabuena.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, ahora desde Dakar (Senegal)... de dentro de unos días de nuevo a la mar.
Un fuerte abrazo amiguetes
Gorka Ocio
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